Relación del proceso metabólico y la actividad física
Las actividades
corporales imponen un continuo gasto de energía y una transformación constante
de elementos que deben entrar en el cuerpo previamente en forma de alimentos. El organismo humano funciona de la misma manera que un motor y jamás llegará a
fortalecerse, por mucho ejercicio que se haga, si no está debidamente nutrido.
No se trata de comer en exceso, sin tener en cuenta lo que se consume, a pesar
de que se cree que a más comida más gordo, por lo tanto, más vigoroso y más
sano se está. El peso aumenta siempre que no se gasta el contenido energético
de las sustancias nutritivas, sean muchas o pocas las que se ingieran. La digestión,
o transformación de los alimentos en materias solubles y asimilables por el
organismo, con expulsión de los productos de desecho, es un proceso en el que
intervienen órganos encargados de esa función. Resulta comprensible que
cualquier deficiencia o lesión en los órganos que intervienen en la digestión
motive escasez en la elaboración de las sustancias nutritivas, o defectos de
elaboración, que pueden causar diversas enfermedades. Una nutrición adecuada
suministra energía imprescindible para la mayor parte de los procesos del
organismo entre otras muchas funciones.
Para la actividad
física es siempre necesario un gasto considerable de energía por parte de los
músculos. Los procesos del metabolismo influyen de manera directa y de gran
importancia en la posibilidad de llevar a cabo este tipo de actividades. Como
vimos anteriormente, el anabolismo es el responsable de la síntesis de
biomoléculas, que se traduce en la fabricación de tejidos. Para un deportista
esto puede llegar a ser una necesidad primordial, porque es el medio por el
cual aumenta su masa muscular y corporal y desarrolla su físico. Un deportista
bien alimentado, con una nutrición balanceada y un metabolismo correcto
conseguirá ir aumentando gradualmente el tamaño de sus músculos y fortalecerlos.
Por otro lado, el
catabolismo durante la actividad física tiene la importancia directa en la
obtención y utilización de energía a partir del rompimiento de biomoléculas
energéticas. Vimos anteriormente sobre la molécula energética por excelencia, el
adenosin trifosfato, o ATP. Para poder llevar a cabo una actividad física
adecuadamente, e incluso una actividad académica (Se ha observado que lo niños
que no ingieren un desayuno fuerte rinden en sus estudios la tercera parte de
lo que son capaces, porque dan muestras de cansancio, de abulia o de escasa
actividad), es necesario tener una buena alimentación. En el catabolismo, la
obtención de energía permitirá mantener el cuerpo en actividad física
constante, realizar los movimientos y soportar el esfuerzo físico durante un
tiempo determinado. Esto no quiere decir que mientras más comida se ingiera,
mayor energía se tendrá. El proceso de mejoramiento del rendimiento se da
combinando factores como nutrición y condición física con el desempeño, interés
y constancia de una manera equilibrada y gradual.
Problemas
metabólicos o alimenticios llevan a un bajo desempeño en la actividad física
por desequilibrio entre lo que se fabrica (anabolismo) y lo que se destruye.
Estos trastornos pueden ser fatales para las personas. Entre los ejemplos
comunes de estas dificultades están la obesidad, la anorexia y la bulimia. En
la obesidad, se ingiere alimento en exceso y no se hace suficiente ejercicio
para formar el cuerpo y desgastar el exceso de alimento. Las otras dos enfermedades
tienen que ver con la falta de alimentación que lleva a un peso muy por debajo
de lo necesario, y que no permite soportar el desgaste del ejercicio por falta
de nutrientes. Es necesario conocer el metabolismo personal para saber la
velocidad de síntesis y destrucción de biomasa y llegar al equilibrio
requerido.
Los esteroides
anabolizantes son hormonas sintetizadas por el ser humano que inducen al
aumento de peso y de masa muscular. En su origen se desarrollaron para ayudar a
los pacientes con cáncer y a las víctimas del hambre y procedían de la hormona
sexual masculina testosterona. En las últimas décadas, se ha producido un abuso
del empleo de esteroides por parte de muchos atletas con la esperanza de
mejorar su rendimiento físico. Además de la deslealtad que supone su uso en las
competencias deportivas, los esteroides pueden tener graves efectos
secundarios, psicológicos y fisiológicos, incluyendo una conducta cada vez más
agresiva y el cáncer hepático. En 1974, el Comité Olímpico Internacional
sancionó el uso de esteroides, a partir de la disponibilidad de la prueba de
cromatografía de gases para detectar su presencia. Desde entonces, algunos
atletas han sido descalificados en diversas disciplinas deportivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario